Cosas que te Gustarán de Los Ángeles Aunque Tengas "New York State of Mind"

Los Ángeles ha sido desde hace mucho un destino para los neoyorquinos que están cansados del desgaste de vivir en su ciudad. Estos volteachaquetas traicionan el desdén que naturalmente sienten por nuestra amada ciudad por muchas razones. Simplemente no pueden con los inviernos, la falta de espacio, los elevadísimos precios de bienes raíces… o sencillamente quieren comenzar sus carreras escribiendo guiones de películas.

A veces, pareciera que cualquier persona en L.A. viene de la Ciudad de Nueva York. Ahí están, en tu café local, tecleando en sus laptops, con sus desgastadas camisetas de la NYU y Syracuse delatándolos. Seguro, están apasionados por el piloto que están escribiendo. Pero si enserio quieres prender las flamas, pregúntales porque no puedes encontrar un buen rugelach por aquí.

Puedes sacar al neoyorquino de Nueva York, pero no puedes quitarles su gusto por criticar la falta de bondades culturales en su anterior hogar. No te preocupes, cuando estos intrusos se pongan insoportables y necesiten una rápida dosis de Nueva York, pásales esta útil lista de las 10 formas en que pueden acercarse a su hogar.

Ah, y por cierto, no incluimos en la lista marcas neoyorquinas que han puesto sucursales aquí. Lo siento Shake Shack y Magnolia, tendrán que conformarse con los clientes locales.

La bandera de Nueva York (que sí existe) debería ser el dibujo de un bagel. No solo es un eje de su dieta, sino una forma de vida, un punto distintivo de orgullo con profundas raíces en la herencia judía de la ciudad. Estos días, no somos tan flojos para estas golosinas carbohidratadas. El Sam’s Bagels (Larchmont #150 Norte) atrae a toda una muchedumbre todos los días de la semana, con una buena variedad de ofertas. Tienen puntos adicionales por poner canciones pop rusas en la radio, y por la eficiente pero brusca forma de tratar a incluso la más brillante de las jóvenes madres del Parque Hancock. El Wexler’s Deli en el Mercado Grand Central ofrece el mejor salmón ahumado en una rosquilla de estas partes. Además puedes reírte de todos esos tontos haciendo fila para el Eggslut mientras te comes uno. El Bagel Broker en Beverly también bien vale tu tiempo también. Lo que le falta en atmósfera lo tiene en lo que puede ser lo más próximo a uno de verdad en el oeste, con una gran selección. Sus rosquillas son del tamaño y forma justos. Tal vez sea el agua (la sequía se acabó, después de todo).

Es difícil de igualar la experiencia de caminar por la Villa Greenwich, pero la Calle Spring en el Centro de L.A. se le acerca bastante. El 31 de diciembre de 1897, esta icónica calle vio el nacimiento de la industria de la cinematografía cuando Frederick Blechynden filmó la primera película hecha en Los Ángeles, un cortometraje de 25 segundos para la Compañía Manufacturera Edison. 

Buena parte de la arquitectura de Bellas Artes y Neogriega que fueron vistas en esa pieza de celuloide aún se encuentra ahí hoy. Este clásico escenario urbano americano del siglo XIX ha servido como fondo para películas desde entonces, desde Chaplin hasta los Transformers. El reciente renacimiento del vecindario ha visto un influjo de cafeterías como el Spring For Coffee y bares como The Falls. 

También hay varias tiendas, siendo la más impactante La Última Librería, que no sólo es la más grande librería (de nuevos y usados) en el estado, que cubre más de 22000 pies cuadrados, sino también una belleza arquitectónica, contenida dentro de la Torre Spring Arts.

Con el cierre del Carnegie Deli el año pasado, el dominio que Nueva York tenía como el epicentro de la economía global del pastrami se ablandó bastante. Ahí es donde entra Los Ángeles. Si prefiere tu carne jaspeada, no dudes en ir al famoso #19 en Langer’s, que de verdad cumple lo que promete. Y el Canter’s de justo en el blanco con un clásico pastrami en centeno. Con pepinillos extra, por supuesto.

Highland Park es el nuevo Brooklyn. Lo que significa que se acerca bastante al Brooklyn de hoy. El viejo Brooklyn, como el viejo Parque Highland, es cada vez más difícil de encontrar. No puedes tirar una piedra sin pegarle a una nueva banda de moda, y cada rincón presume de un espléndido bar como el The Greyhound, con su correspondiente menú de botanas hechas con ingredientes locales. ¿Quién necesita el Boliche de Brooklyn, cuando tienes el recién renovado Highland Park Bowl?

Ray’s Famous, Famous Ray’s, o como sea que se llame a sí mismo en cualquiera de las esquinas de Manhattan, es famoso solo por ser famoso. Cuando se trata de algo plano y con queso, L.A. tiene suficientes lugares sabrosos. Para empezar, ve a Casa Bianca en Eagle Rock inmediatamente. Este es el tipo de pay que quieres en tu cara, especialmente cuando “el país va por las pizzas” (como dice su lema). La comida es deliciosa, y el lugar derrama atmósfera con los manteles a pequeños cuadros salidos directamente del restaurante italiano Billy Freakin’ Joel’s. En el barrio coreano, puedes encontrar los artesanales más al alcance del bolsillo de la ciudad en la gema del vecindario, All' Angolo. Una corteza delgada y crujiente como para morirse, y bastantes platillos de pasta hechos en casa se ofrecen en el lugar. ¡Mangia tutti!

¿Extrañas los clubes de Manhattan, de pie en la fila llegando de Jersey y otros puntos del oeste? Tenemos nuestra propia versión del Bridge-and-Tunnel aquí: Five-and-Dimers, llamado así por las Carreteras 5 y 10 que tienen que tomar para llegar desde el interior hasta Hollywood. Si quieres vivirlo junto con los jóvenes semi glamorosos que NO son de aquí, basta con ir al Avalon en la calle Vine. Un hermoso espacio clásico (el otrora Palace, donde Benny Goodman tocó el primer concierto de jazz en la Costa Oeste en aquellos días). Si cierras tus ojos, jurarías que estás en el Limelight de Nueva York.

La gente viaja por un agujero en la tierra, como dice la letra de “New York, New York”. También nosotros, en mayores cantidades y con más estilo. Aunque ya no es un anuncio en la TV nocturna, el Metro de L.A. es más limpio, menos concurrido, ofrece más trenes y rutas que antes, y llega más a tiempo que su contraparte del este. Súbete en la Línea Roja (donde Keanu Reeves persiguió a Dennis Hopper en ‘Máxima Velocidad’) en una de las estaciones de Hollywood mejor seleccionadas y respira hondo. Si buscas esa experiencia del tren de Coney Island, contamos con nuestro propio tren a la playa también. Salta a la línea Expo desde la Central Calle 7ª/Expo en el Centro y disfruta de vistas panorámicas de L.A. mientras viajas al Muelle de Santa Mónica. Consíguete tu hotdog y deja que los demás coman lo que quieran.

Los Mets están intrincadamente vinculados a los Dodgers, nacidos cuatro años después de que el Blue se fue de Brooklyn hacia la costa Oeste en 1958. Y su emblemático color azul deriva del color del equipo de los Dodgers (el acento naranja viene de los Gigantes, pero no hablamos de eso). En ese lapso de tiempo, los Mets le ganaron dos Series Mundiales contra los cinco campeonatos de los Dodgers. Hace poco le quitaron a los Dodgers la esperanza de un título al sacarlos de los playoffs de 2015. Siempre que ambos equipos se enfrentan en la ciudad, pareciera que los puestos están divididos equitativamente entre los fanáticos de ambos equipos. No será el Citi Field, ni mucho menos el Shea Stadium, pero es suficiente. Los Mets estarán aquí para una serie de cuatro partidos en el Estadio de los Dodgers.

El histórico Barrio Chino tiene sus encantos, pero cuando se trata de delicias culinarias, ve unas cuantas millas al este del Centro de L.A. al Parque Monterrey, donde las empanadillas son mejores y los fideos sublimes. Todo buen fanático de la comida sabe que ésta área cuenta con más cocina regional fantástica que cualquier otro lugar en el país. Casi cada mini centro comercial en cada rincón cuenta con un favorito local, con una fila afuera para probarlo. Para empezar, prueba en el Elite. O el MaMa Lu’s Dumpling House. El cercano San Gabriel no se queda atrás, y si eres fan de la cocina Szechuan, la llamada Spicy City vale la pena el viaje. Incluso está abierto en navidad.

Es tonto decir que L.A. tiene apego a la escena teatral de Nueva York, ya no digamos de Great White Way. Pero los tiempos han cambiado, muchas de las ofertas de Broadway derivan de películas de Hollywood (o peor, de comics). L.A. tiene una sólida historia de teatro, particularmente con nuestro propio y galardonado Foro Mark Taper. A través de los años, han producido trabajos influyentes como Ángeles en América y ZootSuit (que recientemente obtuvo un relanzamiento aclamado por la crítica). Para los que prefieran más los independientes, no faltan teatros pequeños en el pueblo, entre ellos el Odyssey, cuya más reciente producción de “Annapurna” tuvo bastante éxito fuera de Broadway.

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